De la teta al corazón


D e  l a  T e t a  a l  C o r a z ón 
Una Historia de Amor con sabor a leche de Mami . 
por Adriana Espinosa. 

Redactado en Colombiano y Mexicano. Colombiano por ser mi tierra de Nacimiento y juventud y Mexicano por ser la tierra en la que he desarrollado mi Maternidad. 




“De la Teta al Corazón” es una expresión escrita de la experiencia viva de dar mi leche de madre a mi hijo...algo tan natural, tan ancestral, tan común, tan olvidado...algo tan esencial, un acto de Amor tan real que sólo una Madre que se ha aventurado por estos rumbos puede entender desde su cuerpo, desde ese mundo de emociones que es la maternidad, lo que es amamantar. Yo, sin un pasado lactante conocedor o de tradición, me he aventurado por esos caminos de peluche y piedra también, propiciado por una mezcla de circunstancias, temores, experiencias ajenas dolorosas, la misma naturaleza, los conocimientos y la necesidad... que es la misma experiencia de la Vida sino la unión de muchos factores.




A pocas semanas (no se exactamente cuantas) de destetar a mi primer y tal vez único hijo, he encontrado el momento y el punto para escribir mi experiencia, mi vivencia...plagada de realidad y de amor. Se necesita Sentimiento y “un soltar” para contar algo así. Al relatar estos momentos vivos dejo aquí, algo de mi, algo que permanecerá para siempre muy dentro y algo que también me abandonará...así es la vida: un flujo constante. Te escribo también a ti hijo mío, testigo y receptor de más que mi leche, un recuerdo de lo que hicimos juntos. Nunca mas viviremos esto con nadie, sólo tu y yo. En tu corazón está todo esto para siempre y sin embargo, esto que leerás un día con tu mente adulta será un recuerdo irrefutable de nuestro amor, del regalo que nos dio Dios al darnos tu vida - un ratico en lo que creces - para amarte, para enseñarte de este mundo. 

Querido mío, lo estamos haciendo lo mejor de lo que somos capaces. Nunca jamás a nadie fui capaz de darle lo que a ti, supongo que esto es lo que la gente llama Amor de Madre. Nunca a nadie Amaré de esta manera, no lo olvides nunca y recuérdalo siempre que te haga falta. Yo estoy ahí. Yo estoy siempre ahí.
Difícilmente puede escribirse ésto y- leérselo también - sin lágrimas, si se lee con el Corazón, no hay cómo salir invicto de esta unión entre Amor y Dolor.

De todas estas cosas han pasado casi 4 años...jajaja, los primeros días de Lactancia me preguntaba mil veces al día cuando lo destetaría...me respondía que a los 2 años que sugiere la OMS, cuando mi ser lo diga como sugerían los conocedores, cuando el niño no quiera, cuando el Doctor lo sugiera, cuando la sociedad me critique insoportablemente, cuando, cuando, cuando..., hay fechas que no se conocen sino hasta el último día. Yo elegí hasta que mi Ser me lo diga y no quise que nadie se interpusiera entre mi sentir y esta decisión, no quería que nadie decidiera por mi en relación a mi cuerpo, a mi hijo, a la vivencia de mi experiencia, aunque fuera un error. Consideré que tenía derecho y que si las circunstancias no mandaban otra cosa, yo lo más cercana que estuviera a mi misma decidiría cuando. Este testimonio no es ni mucho menos una recomendación a las madres de lo que sería la mejor lactancia como nadie podría decirte como vivir mejor tu vida. Este testimonio es el relato de una mujer de la tierra que por los años 2000 algo fue madre lactante y le dijo a alguien que fue lo que realmente vivió, la realidad que no es un comercial de televisión pero que tampoco es el sensacionalismo en el periódico. Yo lo defino como un Acto de Amor.

Sin mas preámbulos, esto empieza así...

Antes de embarazarme llego a mis manos un libro llamado “El Arte Femenino de Amamantar” de la Liga de la Leche Internacional. Fue un regalo por participar en una feria ecológica que ofrecía productos para bebé. Mi psicóloga y emprendedora de esta empresa, recomendaba mucho este libro y sabiendo por experiencia de su sabiduría dije: debo leer este, algún día seré madre, seguro falta poco pero no es para tanto, pero qué tema tan interesante...en fin. Todo y mi mejor referente de lactancia era mi hermana mayor que al tener su primera hija y empezarla a lactar se le agrietaron y sangraron los pezones. Esa noche en su cuarto, yo veinteañera, soltera sin menor interés en los críos, me sobrecogí al escuchar esto. Inevitablemente pensé dentro mi y me dije: pero ¿cómo puede solucionarse esto? (y evitarse esto!). No sólo suena feo...mujer imagínate tu pezón adolorido y con sangre. Siento una infinita compasión y admiración por las mujeres madres. Sin conocer la solución ni aventurarme a encontrarla, me despedí del tema hasta mi encuentro con este libro. A los pocos capítulos de leerlo, ya traía el crío en las entrañas...parece que ya lo llamaba con mi mente. Bueno pues qué mejor momento, un importante tema del conocimiento que todos los humanos desearía supieran - por lo menos en lo básico - por el sencillo hecho de ser futuros padres o madres, amig@s, tí@s y un largo etc. Pues cuando llega el caso, pocos saben cómo ayudar o por lo menos decir algo atinado. De perdida, ser respetuoso. 

Quisiera aprovechar la ocasión para compartir algunos conocimientos muy generales de la Lactancia, a la que considero una elección, Sí ¡ la mejor Elección! Y sin embargo, no critico lo contrario (la leche de fórmula para bebés), cuando se trata de que el crío viva, ha de comer, pero no dejo de lamentar cuantos seres no han probado la leche de mamá o no por mucho tiempo. Eso si, mucho o poco, algo es valioso, sobretodo si el calostro es recibido por esa mini boquita. 

¿ Sabe alguien que ese calostro, aparte de ser llamado así por ser la primera leche que sale de mami es una vacuna natural que entrará directo al bebé y que esto sucede por pocos días mientras le da paso a la leche madura? Bueno, pues pasada la lectura del libro y entusiasmada por saber más, hablar con mamás, busque las reuniones de la liga de la leche y allá fui a dar a los 4 meses. Varias pláticas muy provechosas, hasta con marido a bordo, terminaron de convencerme de que no sólo era lo mejor, sino que había mucho por saber y no sólo de eso, ¡Dios santo! Cuántos temas más para ser Mamá!, ya debería haber una carrera oficial de eso, aunque la experiencia sea la mejor escuela. Me di cuenta entonces cuanto no sabía de mi propio cuerpo, de la Lactancia y sólo recordé a Elsa que nos ayudaba en la casa cuando éramos niñas y que cuando fue madre le daba leche a su hijo hasta grandecito. Es la única que recuerdo hacerlo, sin salvarse de las críticas que llueven, prácticamente es normal. Ella de origen campesino fue mi mejor referencia...como el ejemplo es el mejor guía, me declaro entonces una campesina, buscando lo natural...otra manera más de caminar hacia mi misma. Con todo ese conocimiento, encontrándome constantemente con esta forma común de hacer las cosas y tratando de navegar entre dos aguas (me refiero a las visiones opuestas en la maternidad y tantos temas) llegó el momento del Parto. No he de olvidar ese hermoso embarazo, lleno de ilusiones, sorpresas, miedos, temores, sobreprotección y con unos senos que dolían todas las noches. 

La empresa se estaba formando, poco a poco y no era cualquier empresa, era la empresa que fabricaba el alimento y la salud de mi hijo dentro de mi propio cuerpo, ¡ por Dios, como salen las madres a la calle y la sociedad no les da más su Amor, su respeto, su reconocimiento! ¡ Es una condición especial!, especial por lo bella, por lo que significa, por lo que cuesta llevar un ser adentro. Poco es lo que las palabras podrían decir a cerca de lo que es realmente llevar un ser adentro de otro, que na’mas permite su fabricación interna. Esto es especialmente impactante: uno desea al bebé - mi afortunado caso - luego empieza a crecer con los cuidados que se acostumbran hoy en día pero uno nunca hace el pie o el ojo y por si fuera poco hasta sentimientos están tomando vida...ahí es donde yo no puedo negar la existencia de Dios, así la ciencia lo llame evolución, esto tan maravilloso, es algo “más” que quizá yo nunca comprenderé pero no importa; Yo lo viví y con eso me queda llena el Alma.

Llegado el momento Mamá, o sea yo, he elegido la Cesárea, por motivos que contaría en otro escrito por ser también largo de relatar y se me ha dicho que le darán leche de fórmula o de tarro y que al tercer día iniciaremos con la lactancia. Eso en su momento ha sido lo mejor y cuando ha llegado el gran momento, ha sido fácil. Allí en mi habitación del hospital, la cosa ha pasado sin pena ni gloria, no ha dolido y lo he hecho. Se han llevado al bebé y sigue con su leche pero ya para irnos ha comido poco. El pediatra lo ha revisado, todo esta normal. Hemos llegado a casa y en el camino ha querido comer -eso parece- empieza el tema de la adivinación...¿qué quiere el bebé? Pero no habla...ehh...tiene hambre, sueño...en fin. Le he ofrecido el pecho hasta llegar a casa no sin decir antes
que el inicio del puerperio ha estado de ataque (y eso que todo ha ido bien) no me he podido incorporar como lo hizo el homo sapiens sino he tenido que estar un tiempo que no esperaba doblada como quien ha dejado caer un arete al suelo y no lo encuentra, con la diferencia que yo no he podido incorporarme, enderezarme tan pronto como hubiera deseado. Esto me ha impactado. Nadie me ha contado antes que esto podía suceder y el enfermero dice que hay unas que luego luego (esta expresión se usa mucho en México) se enderezan. En fin, este tema también sería para otro texto y volviendo a casa le he ofrecido el seno al bebé y me he dado cuenta que el vestido que traigo puesto que era de botones, no era de botones, eran sobrepuestos así que supongo que no estaba para cambiarme y he sacado la chi chi o la teta como he podido...pero qué frase “como he podido” describiría mucho mi papel de madre, podría ser el título de mi enciclopedia muy personal de qué hacer cuándo...en relación a los hijos.

He hecho una pausa de un día y nuevamente he continuado durante la siesta de mi niño...
Entre esa llegada a Casa y esa primera tetada en el dulce hogar, ha ocurrido mi salida del hospital (en el cual me han tratado muy bien, tiene uno esos temores de que no) y mi cuerpo por fortuna, ha respondido a todos los procedimientos rutinarios. Cuando han llegado los famosos 3 días y ha sido la hora de salir, pensé: por que no son 5?...yo no estaba lista y sin embargo pude caminar; mi cuerpo no respondía como esperaba y sin
embargo podía...¿cómo explicar esa sensación física y emocional? Subirme y bajarme del taxi fueron casi una proeza y en los días posteriores pensé mucho en si así sería la vejez y temí por eso...,.

De inicio al llegar a casa, pensé en subir al cuarto donde estaba todo arreglado para el bebé, se suponía que podría subir despacio, hacia atrás o algo así. Sin duda la mujer que salio embarazada no era la misma que llegaba con un neonato. Mi esposo y sus papás insistieron en que subiera pero yo decía que creía no poder, me insistieron y yo fui a la escalera e hice el esfuerzo de mi vida, lo juro...pero no podía (el peralte o altura entre escalones de la escalera era un poco mas alto de lo habitual) y cuando ellos vieron en alguna parte de mi existencia que no podía dejaron de insistir. Seguro su intención era buena pero sólo yo sabía lo que sentía en mi cuerpo. Nisiquiera debí intentarlo...creo que uno sabe cuando si y cuando no. Así que por 3 días casi el cuarto fue la Sala y sería otro capítulo más el contarles cómo logré subir a mi cuarto y tener comodidad, no sólo fue una anécdota, es más, es algo que jamás olvidaré pero subí y eso es lo que importa.

Cuando estuve en la sala, le ofrecí el pecho a Dante (he vuelto a la primera tetada en Casa) y no quiso, no había comido así que ¿Qué hacíamos?, mi esposo fue con mi suegro a buscar un tarro de leche. No pensé en tenerlo en casa pues se suponía que no lo necesitaríamos. Pienso que más que el bote ese necesitaba a mi asesora de lactancia para que me diera la confianza que necesitaba y me dijera: le vas a enseñar a comer, aunque esté en su naturaleza también necesita que le enseñes... (a pesar de todas mis clases, a veces pienso que lo olvidé todo cuando antes del salir el pediatra me extendió una hoja donde resaltó con su marcador que debía comer cada 2 horas...6 a. m. , 8 a. m, 10 a. m., ...12 p. m. descanso hasta las 4 ó 6...ya no recuerdo) y así, en la cuerda de la desesperación como a las 8 p. m. se fueron por esa leche y volvieron. Cuando mi marido fue a prepararla se dio cuenta que estaba vencida y de nuevo por otra a una farmacia o droguería distinta porque la primera la estaban cerrando cuando la compraron. Qué tal? Era la locura. No recuerdo si le ofrecí el pecho otra vez en esa llegada del tetero porque mi retoño dormía que no podía, era casi IMPOSIBLE despertarlo. Mi suegro le dio su primer bibi (como dicen aquí al tetero) y se lo comió casi todo. Resultado: Paz...3 letras para describir la cesación del sufrimiento de la madre y supongo de los presentes. Ahí empezó todo...válgase contar que para mi la alimentación es un tema de vida y como madre bueno, no haría nada diferente de lo que haría la primera mujer nómada por darle de comer a su crío. ¡Todo esta en la motivación! ¡Seguro!.

Empezó así a chocarse una cosa con otra: una tetada con otra, la hora de bañarme, de comer, mis medicinas, el pañal, que la vacuna...no podía con ese mar de cosas por hacer, así que empecé a anotar las tetadas y los cambios de pañal para saber si estaba comiendo adecuadamente. Estaba tan cansada, sin movilidad completa, con unos pezones que ya
empezaban a doler..., valga contar que en el último intento de tetada en el hospital, cuando ya sentí dolor en el pezón, el enfermero pregunto: le da el seno o me lo llevo?, mi esposo me miró penetrante luego de toda su inversión y mi formación, con el deseo de que claro le diera mi leche, mi respuesta fue: lléveselo. ¡Dios! ¡Ese dolor! ¡Madres! Uno se echa a temblar cuando viene la tetada...ese es el mismo acto de valor de Simón Bolívar o los Mexicas en la mera Conquista. Yo hice eso, una promotora de la leche materna, dije: déle el biberón...no puedo juzgarme, el momento tenía espinas (también he sabido de mujeres a las que no les ha dolido). Así que la vida encontró la mejor forma de motivarme, probablemente la única; porque si ya existía le leche de fórmula, a mi me dolía mucho, el bebé se tomaba mas rápido su bibi, etc. (siempre hay muchas razones para argumentar...) para que amamantarlo, no siempre se puede... entonces llego el día 4 de vida de este niño y lo noté rojo, su carita estaba roja, claro como todo recién nacido tenía montones de ropa, cobijas y todo pero estaba muy rojo entonces pensé: tendrá fiebre? Le dije a mi Suegra quien fue el ser servicial que estuvo a mi lado esos días pues mi madre estaba atendiendo el puerperio de mi hermana mayor en Colombia (los primos se llevan menos del mes) y ella me dijo: nooo. Pero yo dije esto no es normal y tengo que revisar. Mi tía Marlen sabiamente me había mandado un kit (que todavía uso) donde había un termómetro digital, pues ahí que empiezo a leer el manual. La ultima vez de mi contacto con una fiebre era tan lejano que quizá pensara en mi asma de la infancia. Y entonces lo uso: temperatura: 39 grados. Alerta! Alerta! Todo mi sistema entro en alerta, todos mis recuerdos, mi miedo, todo fue luz roja.

Llamé a mi marido, llamé a una pediatra (que me recomendaron anticipándome a alguna pregunta o emergencia) y ese fue el primer baño de Nicolás. Sólo al probar el suero oral recomendado por la doctora habría los ojos, también cuando prendíamos el televisor...todo era dormir. Mi esposo hacia bromas de esto, muchas veces salvó  mi angustia así. Por teléfono la pediatra recomendó darle leche materna cada hora...la leche materna también es un suero natural. Así que la vida de mi hijo -que es todo para mi- me decidió: lo que duela le voy a dar esa leche así se me caiga esta chi chi, y le calculo yo 2 semanas con sus días y sus noches que me dolió, la sensibilidad era altísima!... 336 horas...habrán cosas mas difíciles en esta vida pero es el acto más valiente que yo he hecho. Con la buena suerte de que nunca se agrietó ni mucho menos sangró, a lo cual dirán los conocedores hubo una postura correcta del niño al pecho. No quise ponerme nada para el dolor, a la ‘viva México’ le di el seno y bueno me ayudé de un protector bucal para el box...ahí en la almohada de lactancia que mi amiga Rocío me llevó (porque no aguantaba el peso de sostener al niño todo el día dándole el pecho) guardaba en un bolsillo que traía mi protector bucal y cada vez que se venia la tetada lo sacaba de allí y lo metía en mi boca, lo mordía, cerraba los ojos y me ponía al niño en el seno. Luego regresó al olvido al viejo cajón donde quedo luego de las clases de Box que me dio mi marido...el Box no era lo mío pero sirvió como actividad divertida para los recién casados hace mucho claro. Yo use eso hasta el día que dejo de doler. Me di cuenta entonces que podía. Si hubiera la opción de echarme
para atrás lo hubiera echo...jajaja...este embarazo era el caso de mi vida en que sólo podía ir hacia adelante...ahí en el cuarto del hospital previo a la cesárea si hubiera podido decir pues vengo el otro año o no vengo, que lo hago pero no, esto era hacia delante. Era mi vida y la de mi hijo, esto no era la escuela, un trabajo, etc. Esto era estar viva y que mi hijo lo estuviera. Naturalmente esto sólo tenía un camino y yo necesitaba caminar y cruzar esa montaña como estuviera y darme cuenta que podía. Si para algo, que en realidad es mucho, ha servido esta experiencia es para comprobarme que SI PODÍA. ¡Ja!, toda la humanidad femenina ha podido, cuántos siglos, salgan por la ventana, vayan al metro...cientos de personas, nada, yo también estaba aportando a este mundo un ser . 

Yo estaba viva. Él estaba vivo y yo estaba consiguiendo con mi rol de madre primeriza que lo estuviera. Se que eso no dependía absolutamente de mi pero mi participación era y es vital. Hasta el pelo se me cayó del estrés...sentía como si me hubieran dicho dirija el BID y tiene que estar bien y yo dijera: espere es que no estoy preparada, no puedo asumir esa responsabilidad y Dios me respondiera: no te la daría si no pudieras, sólo date cuenta como sí.

En mi desesperacion de ver que el chamaquito no comía como el pediatra decía llame a Angie Torres, líder de la liga de la leche y mi maestra del tema y me asesoro con toda la paciencia de la que una persona sea capaz, también con 2 hijos pudo estar como una
hora al teléfono haciéndome este servicio. La realidad es que sí comía pero no totalmente lo que era necesario pero como saberlo si el seno no tiene marcados los mililitros, cuando el bebé suelta el seno no hay un resultado que diga ml. Consumidos o algo así. A cada tetada no sabia si darle el bibi o el pecho. Con el bibi sabría cuanto comía, con la teta le daba el mejor alimento del mundo y no tenía mas que hacer que levantarme la blusa. Creo que Dante se tomo unos buenos días en aprender y yo mes y medio en confiar en mi misma. Confianza y Sentido Común, son una gran guía. Por fortuna el pediatra me ayudó promoviendo la lactancia natural, me pregunto: cuánto toma de leche materna y de fórmula?, la conclusión era mitad y mitad; eso decía mi cuaderno pero creo que eso era lo que yo trataba de hacer...me aseguraba con la fórmula y trataba de hacer mi sueño realidad: darle leche materna. Muy lógico me dijo: suspenda totalmente la fórmula. Yo lo mire absorta y pensé dentro de mi: jamás, se morirá. Yo soy la responsable. En casa pensé: poco a poco, que tal le pase algo. Y cuando le daba el bibi pensaba: es que le falto comer bien, etc. Una vez, por esas primeras semanas me quedé dormida en la madrugada, mi esposo no estaba y a las 5 horas me levante...ah! No había comido...y corrí a prepararle un tetero, no fuera siendo le pasara algo, tenía terror de hacerlo mal y diluir eso con Confianza me tomo mucho tiempo y sanar esas angustias...en eso voy. Tengo fe que reiré de anciana y ojala pueda ayudar a alguien que quiera ser ayudado y no olvide jamás lo que sé y pueda servir.

Mes y medio aproximadamente tomó fórmula y tocó botar ese tarro, ahí lo tenía porque ¿que tal hiciera falta? y estaba cara para botarla... pero para que le doy si quiere la teta?...y así todas esos pensamientos tenía. Al final no recibía el tete y pensé, pues si lo que quiero darle es leche materna aquí esta, él lo esta decidiendo...de esta manera entonces mi esposo perdió su participación en la alimentación del bebé y durmió a pierna suelta...yo también quería dormir! No se si decir que quiero ser hombre la próxima vida o algo así pero uds. Saben verdad lo que es ver el hombre dormir y uno párese a darle la leche y a cambiarle el pañal...ese es otro tema, tan fácil que se dice pero para aprender cada cuanto cambiarle y como quitarle la rozadura o pañalitis también cuesta mucho. 

Tengo que decir que el Colecho me ayudo mucho, ya no tuve que luchar con la idea de pasarlo a su cunita, no hubiera podido decir que a su cuarto...me daba un ataque el hijo lejos de mi, entonces luego de mi lectura de un mini libro de Colecho (dormir con el bebé) pues fue mas fácil lactarlo así. Usamos un colchón antirreflujo aunque nunca tuvo reflujo, pero nos daba la tranquilidad de que no lo aplastaríamos y podíamos acostarlo de lado con mas seguridad pues traía unas espumas y también me sirvió mucho una almohada muy larga especial para el embarazo que me dio mi amiga Lidia y que puse en la cama como almohada para poner mi cabeza y alimentar al bebé de un lado y otro sin tener que cambiar de lugar la almohada (estaba dura y alta pues así acomodó la espuma dentro de la tela mi suegra) y entonces estiraba el brazo del seno que le iba a ofrecer y acostaba al bebé de ese lado o le daba altura a su cabecita sosteniéndolo con la parte interna del codo en mi brazo. Sólo así y con la almohada de lactancia encontré comodidad, hasta
Colombia me la llevé porque sin eso no me sentía cómoda. Le hubiera hecho una escultura a esa almohada porque amamante muchas horas del día, días y días con ella; fue mi compañera y mi mejor ayudante, cuando la dejé ni anote la fecha pero fue de mis mejores amigas...me quedo muy agradecida con la sugerencia, con el regalo, con la experiencia. 

Pensé que nunca dejaría de usarla como pensé que nunca dejaría el colegio o a mis padres y sin embargo hace mucho que nisiquiera esta en casa... como quisiera volver un día, uno sólo, a esa época y disfrutar mas ese hijo bebé que hoy es un niño. Existe en mi corazón y en la memoria de mi esposo, porque yo le decía: me bajas la luna? (por la forma de la almohada) y el siempre la subía o la bajaba de piso. Aun tengo la sensación de esa almohada alrededor de mi cintura, aun guardo en algún cajoncito de mi memoria de largo plazo -como dice una película muy famosa por estos días- esa sensación de estar enterrada en el sillón con los glúteos dormidos o en una mecedora adorable que disfrute después, al quedarme mucho tiempo amamantando...habían tantas razones: que tomara la leche que necesitaba, se quedaba dormido y luego volvía a comer, la necesidad de afecto y succión...ya lo dice el dicho que no sólo de pan vive el hombre pues también vive de afecto y de una succión que le dice algo que le llena el corazón. Casi siempre hasta que soltara la chi chi era el punto, nada de que 10 minutos de leche en cada lado...que chistoso eso: recuerden que hay que esperar la bajada de la leche, que la primera leche es más líquida para hidratar y al final de la tetada viene la parte grasa que le ayuda a subir de peso; si bien existía el método para retirar la succión muy pocas veces pude o supe emplearlo. 

Fue muy difícil tener la paciencia, la tolerancia, la comprensión, la entrega, superar la presión, las necesidades que tenía como persona y como adulto y estar ahí. Muchas veces al saber que ya le iba a dar leche y esto mucho después de sufrir, me anticipaba: corría al baño, alistaba algo de comer; mucho después aprovechaba para ver mi celular, leer y hasta dibujarlo en mi caballete de mesa. Era hermoso y enviciante verlo dormir...tanta paz, tanta belleza, sentía tanto Amor; en ese momento la presión se relajaba y uno se dedicaba “al dar”, a la Contemplación. En ese momento uno tenía que disponerse a dar por encima de todo o tal vez dar con entrega...porque si, todo cambiaría. Me desesperaba muchas veces y hoy quisiera que fuera ese día y volverlo a vivir...será por eso que luego se tienen más hijos?. 

Ser Madre de un bebé no es para siempre porque van creciendo y los retos cambian, ‘pasa rápido’ decía una vez su pediatra la Dra. Isabel y sí...hay nostalgia pero dicha...me gusta que crezca y que todo cambie, tengo una sensación de que es mas fácil pues ya come sólo, baja la escalera sólo, se baja de la cama por el mismo, mejor dicho es independiente...que sano verdad?. Muchas veces también y con la habilidad que genera cualquier necesidad y práctica constante lo metía en mi rebozo (Cargador de tela para bebés...tan antiguo como la misma maternidad, tan útil en este caminar juntos mamá-bebé) sobretodo en el de argollas y me iba a hacer mercado, una vez salí con una amiga también mamá...ese día baje la escalera con ayuda del rebozo pues como ya dije tenía un peralte alto, huecos de ambos lados, peldaños de tubo...todo un reto, esas eran
las circunstancias y lo resolví así. Me sentía poderosa, podía bajar la escalera con el bebé en el pecho e irme a pasear...él feliz yo feliz...que punto tan ideal no siempre conseguido. El cargador de argollas, el fular elástico de 5 metros fueron aliados para mi lactancia, podía hacer muchas cosas (no todas las que quería, tengan cuidado) mientras lo lactaba o dormía como salir a la tienda, subirme al bus, pagar el bus, salir a donde fuera de casa sin esperar a que dejara de comer o se despertara, servirme un vaso de agua...tantas pequeñas cosas que parecen insignificantes pero que recobran todo su valor cuando no se pueden hacer...una gran lección de paciencia...y yo que me consideraba paciente...hay niveles....jajaja y me falta, ya lo descubrí. Cuando pensaba que sabia quien era, me conocí mas. El porteo, como se denomina a este arte de aprender a llevar nuestros hijos más cerca del corazón, sería otro tema para contar, yo lo elegí entre otras opciones mas fáciles de usar pero como lo disfruté, luego quiere uno salir a buscar bebés para volver a disfrutarlo y sin embargo también ha vuelto de manera permanente a su lugar del closet en espera de ser compartido. Valga concluir este subtema con la vez que fuimos de Caminata en un Parque Natural de mi país y pude subir y bajar con niño...no eran grandes alturas ni nada pero fue un largo trayecto, todo un triunfo hasta mi cuñado uso el otro cargador aquellas vacaciones y quiero decir que mi trabajo me costó aprender, otro momento de determinación, de ensayo y error y hasta clases para poder hacerlo eficazmente y teniendo en cuenta las recomendaciones de seguridad para no lastimar al bebé.

Otra cosa que hoy vuelve al mismo punto era recordar a que seno le tocaba el turno en esa tetada y eso que sólo son 2...me río...no se si alguien se anime a escribirme y decirme si le pasaba lo mismo pero ya que iba a ponerme el bebé al pecho decía derecho o izquierdo, éste o aquel, tú o tú... ¡respondan!. Mi amiga Ana me regaló una pulsera de la liga de la leche, yo use una pulsera y un anillo al principio y me lo iba cambiando pero finalmente lo mío es la memoria...creo que era más fácil cuando lactaba mucho pues el esfuerzo de memoria era menor pero ahora que es cada 24 horas después de ser cada 5, 10, 20, 60 ó 90 minutos...a libre demanda sería el termino (o sea cuando el bebé lo necesite, esto es tan atinado y tan difícil de entender) lo recordaba mejor. Esta noche tengo que pensar: amadas mías quien tuvo su turno anoche? ¡ Estoy tan agradecida con estos senos, que le dieron de comer a mi hijo tan perfectamente! Yo creo que no pasaron 3 meses que mojara mi blusa o necesitara protectores en el pecho, la autorregulación del consumo o aumento del consumo de leche de mi hijo fue regulado por mi cuerpo. Esto es así porque entre mas leche pide el bebé (succiona el bebé) el cerebro empuja esa producción, entre menos se amamante el bebé otra vez el cerebro disminuye su producción, es la máquina perfecta, después de todo si producimos mucha leche o muy poca tendríamos un problema pero si se produce lo que necesita ese bebé tenemos el ideal. Creo que esto es igual para la vida, a veces mucho es demasiado y poco es un problema también. Eso sí hay que tomar agua, ese es el secreto: comer balanceadamente y tomar agua suficiente para el propio cuerpo y para la leche. 

Sabiamente la Naturaleza salvaguarda al bebé y esa agua (que servirá para producir la leche materna) será primero para el bebé así que hay que beber suficiente para que nuestro cuerpo reciba el agua que necesita también, estar sanas y tratar de estar felices. Es un asunto de equilibrio como en la propia vida. Su pediatra me dijo que pesara el seno con mi mano a ver cual se sentía más lleno y muchas veces hago eso, en mi libro de la Liga habían muchos tips seguro cada quien hallara uno que se acomode a su forma de ser.

Ha venido otra pausa y esta ha sido de 3 días porque no ha querido la siesta así que no he tenido tiempo de escribir...

A medida que fueron pasando los meses y este bebé fue creciendo exclusivamente con leche materna fui entendiendo mejor como era el “asunto”. Entendí también que los pesos de los bebés alimentados con fórmula y leche materna variaban. En la cita del primer mes para el control del crecimiento, el doctor me decía que le faltaba peso y al siguiente mes le sumaba pues también le faltaba para el peso normal. Otras visiones, mas conocedoras del tema de la lactancia, me permitieron enterarme que existen tablas diferentes según el caso y eso me ayudó a tranquilizarme sabiendo que no le había faltado peso, que estaba dentro de lo normal y su estado de salud así lo reflejaba. Parece que la Lactancia es un tema tan amplio que requiere mas estudio. 

Posteriormente llegado el momento de la Ablactacion (empezar a darle comida) pues hubo
necesidad de hacer ajustes (en ese momento cambié de pediatra buscando una orientación de acuerdo a mi estilo) pues fue nuevo para mi pensar la manera de combinar los 2 tipos de alimentación (pecho y comida, y que primero). Me sentí de acuerdo con la OMS otra vez en empezar los alimentos sólidos a los 6 meses. Y no presumo nada cuando digo que estuve de acuerdo con esta importante organización porque veo muchos bebés comiendo desde los 4 meses, alimentos que podrían darse luego y poco a poco, y hay argumentos importantes para eso, quiero decir que para comer de todo hay muchos años de vida; esa es mi opinión muy personal pues hay quienes tienen creencias diferentes y sus razones para ello. Nuevamente creo que el respeto también por nuestra decisión en este tema debería ser guardada por los otros incluyendo familiares y vecinos. Entendí por sobretodas las cosas que la base de la alimentación del bebé es la leche materna o de fórmula hasta el año de vida y que al empezar a darle alimentos lo que buscamos es introducirlos al mundo de los alimentos de la tierra. Su comida es la leche de mami pero luego será la que le regale la tierra que alimenta a mami, todo en un círculo perfecto, un círculo virtuoso que permite la Vida. Gracias tierra, sin ti imposible!.

Entonces aquí empezamos a ver el cómo y me pareció un nuevo reto: se complicó el asunto y se abrió, era emocionante ofrecerle nuevos alimentos...verduras poco ofrecidas comúnmente que podía comer en puré y supe que por encima de la papaya que le diera lo que iba a sostenerlo era la leche y que en una lenta progresión a partir del primer año de vida la comida tomaría su lugar y la leche pasaría a un segundo plano a nivel nutricional.

‘Como pude’ una y otra combiné, dependía mucho del bebé pero yo tenía el rol de incorporarlo a la comida y no puedo recordar bien las veces que eso pudo ser difícil o como fue. Sólo me recuerdo tratando de hacer las cosas lo mejor del mundo, me hubiera gustado tomarlo con mas relax pero ahí me veo con la olla de presión buscando no perder los nutrientes y con el extractor de jugos arrancándole la vitamina a las frutas evitando las compotas comerciales mientras un niño me demandaba, un esposo me llamaba, una casa se ponía patas arriba, mis perras querían su paseo y mi vida pedía un masaje...todos pedían su lugar. Como el payaso lanzando todas las bolas sin dejar caer ninguna. Sentí mucha angustia... de ser una mujer sin hijos a tener que cuidar un bebé y hacer todas las demás cosas sin poder hacer todo como quería, con tranquilidad, dedicándole su tiempo o sencillamente aceptando la vida tal y como venia: hay que esperar? Sí. No puede ser hoy? No. Llorarás un poquito mientras proceso esta zanahoria y queda hecha puré? Bueno. 

Yo corría incesantemente y me sentía muy agotada y la presión subía. Estaba yo sola con mi crío, mi esposo a veces me ayudaba o le pagaba a alguien para ayudarme con la limpieza de la casa o sencillamente priorizaba. Muchas veces yo quedé de últimas y creo que por estos días ese es mi tema también, equilibrar la balanza, tener una vida propia y saber aceptar la realidad de la vida. Quiero decir esto porque es muy importante y pone todo en su lugar, hay plenitud y entonces es mas fácil. Eso es lo que he descubierto.

Luego vino la salida de dientes a los 10 meses y los que vinieron nunca fueron un problema para la lactancia. Cuando quiso morderme le dije firme: no y eso fue suficiente. La fácil. Alguna vez me mordió claro y bueno, que doloroso pero a partir de dar el pecho mi sensibilidad física fue diferente, mi temor también y mi fuerza aumento así que esto se volvió mas una anécdota que cualquier otra cosa. Después del año y en su evolución, en algún momento desde bebé logro decir: shh-shh a ti-chi ti-chi a chi chi directamente (palabra Náhuatl, lengua Mexicana) aunque cuando lo pegaba al pecho para consentirlo no se necesitaban palabras. Me gustó mucho esa disposición que tuve, en la casa o en la calle ahí estaba su chi chi ta. 

En la Casa con la luna, la mecedora, en la cama con la almohada, en la sala con una maleta o banco para alzar los pies lo cual ayuda mucho, afuera de casa con el rebozo y un pedacito de tela que le sobraba le tapaba la carita (cuando se dejaba...cuantos se irritaban por mi naturalidad de darle el pecho. Nunca entendí el problema?). Que hablara y me dijera cuando quería la leche fue una cosa grandiosa para mi, ya no tenía que adivinar, sabia que quería. Más de una vez sirvió para quitarle el hipo luego de cambiarle su pañal o darle calor, consolarlo de alguna pequeña caída cuando empezó a caminar o de alguna frustración, de un mal día, un inductor amoroso del sueño, llenar esa necesidad de succión sin chupón...era más que leche, me hubiera gustado saber como lo veía él pero eso sólo puede verse en esa carita feliz y absolutamente confiada como si Dios lo sostuviera. Como si existiera el instante perfecto multiplicado muchas veces.

Entre más creció como era de esperarse tomó menos leche materna, eso me daba más espacio, más tiempo. Muchas veces quise hacer actividades personales fuera de casa pero sabía que en cualquier momento se le ofrecería su leche y su mamá, y yo quería estar ahí. Podría haber usado un extractor y sacarme la leche pero nunca resulté muy hábil y no tenía corazón para hacerlo. No hubo ninguna necesidad urgente y si la hubo la aplacé. Una vez lo llevé a una conferencia budista a la que quería ir, el se portó muy bonito pero cuando llegué con el bebé me miraron con ojos que decían: pero que hace con un bebé aquí? Y bueno, nos fue bien a todos porque no hubo ningún llanto. Más adelante cuando sabía que podría comer algo y tolerar mi ausencia (y yo el dejarlo) me lancé a mis aventuras propias...el mundo me parecía nuevo y emocionante. Había olvidado cómo hacer las cosas sola y se me hacia más fácil todo. Dado un paso, emprendido el camino... me llene de luz, de paz, me sentí una persona otra vez. Era Mamá y era persona y era más feliz que antes y supongo que mi niño se nutrió de la presencia de su Padre, fue “tarde o mañana de hombres” y todos estuvimos mejor. Yo siempre lo extrañaba mucho, no me imagino lo que hubiera sido dejarlo todo el día con alguien, que bueno que no hubo nada tan necesario como para que así fuera y con momentos de dicha y de no dicha, yo estuve ahí y lo viví. 

Esos momentos fueron para mí, yo estaba ahí la primera vez y la segunda de tantos momentos mágicos, vi con mis ojos humanos esos brotes de vida y progreso que tenemos los humanos. Me maravillé con todo y entendí por qué somos tan grandes, por que tan valiosos, como fuimos desarrollándonos y como fuimos cuidados y como la vida hasta hoy quiso que estuviéramos aquí. Atravesamos “fronteras” una y otra vez, todo quiso que estuviéramos aquí. Eso es un milagro también, milagro que hay que saber honrar intentando infinitamente ser felices.

Al Año también me pregunto la pediatra si iba a seguir lactándolo si no para recomendarme otra opción pero yo me sentí con ganas para seguir, no me imaginaba haciendo el destete y él menos pero parecía un tiempo muy común para ello. Socialmente creo que fui aceptada como hasta esa época o tal vez hasta los 2. Generalmente estaba en casa con mi esposo quien siempre respeto esta decisión o con mi grupo de Mamás con las que nos frecuentábamos cada mes quienes respetaban y apoyaban esta Elección (Las Co-Madres
de Xochimilco) y me sentí acogida, recibida. ¡ Que sensación tan entrañable, tan hermosa, Gracias amigas!. Andar sola el camino no hubiera sido igual. Así entonces no tenía que cargar la presión de la crítica o compartir mis saberes científicos de la lactancia o simplemente callar para sobrevivir. Si yo podía vivir con el hecho de que otras mamás le dieran fórmula a sus hijos pensé que también los demás podrían vivir con el hecho de que yo le quisiera dar leche materna al mío pero en realidad no fue así, desde mi madre hasta las personas que conoces fuera me cuestionaban por qué leche materna y por qué ya tan grandecito, me di cuenta que no sólo yo quería que los demás vivieran cómo a mi me gustaba (por que hacemos esto?) sino que todos hablaban a partir de su experiencia propia y que pocos tenían conocimientos científicos del tema y que a muchos por algún motivo les costaba sonreír por mi sin sentir que algo estaba mal y debía ser diferente. Algunas pequeñas y no menos importantes conversaciones tuve con mi madre, con mis suegros, con mis familiares y amigos al respecto, supongo que la única que tenía que mirarlos y sonreír por mi era yo, porque sólo yo tenía que aceptar mi decisión a pesar de que lloviera pues era mi vida, hubiera querido escucharlos mas y abrazarlos en mi corazón a pesar de su oposición.

Muchos recuerdos vienen a mi mente ahora, recuerdo haber aprendido a usar más la mano izquierda cuando lactaba a mi hijo de ese lado pues lo sostenía con ese brazo y me declaré muy inteligente al poder almorzar con esa mano y hacer otras cosas también. Escribir nunca lo logré bien pero me pareció fabuloso haberlo conseguido sin que fuera un propósito. Ahora empiezo a perder esa habilidad.

A medida que fuimos ampliando nuestras actividades juntos empezamos a darle a la chi chi ta un lugar, si llegábamos al curso de estimulación pues dejaba el seno para bajarnos del taxi o al terminar la clase se lo daba, ya entendía y cedía muchas veces en ese deseo de tomar su leche para incorporar a su mundo nuevos aprendizajes y nuevas personas. Nunca me pareció un obstáculo ni consideré que afectara otros aspectos pero había quien si lo creía así. Recuerdo que cada vez pesaba más y el rebozo llego a su límite, eso era difícil y
no era cómodo entonces mucho tiempo después le dije: si pero llegando a casa y también lo entendió. Me costó más trabajo otros temas pero aquí fluyo bonito. A la hora de entrar por primera vez al kinder, imaginé muchas veces que de camino al Cole estaría pegado de la teta y no podría entrar pero esto nunca pasó, no porque no quisiera la leche sino porque una vez llego el primer día no le ofrecí el seno en esas horas, finalmente tenía que bañarme, hacer el desayuno, alistar su lonchera y no había tiempo. Aprovechaba que estaba dormido para arreglarme y su papá siempre lo arreglaba así que era mas fácil. En esas ensoñaciones de temor pensaba que me gritaría a la entrada: chi chi, chi chi pero nunca lo hizo o que la profesora me diría: pidió su teta, pero ambas situaciones nunca pasaron. Vi en el una gran capacidad para aprender, sentí un gran deseo porque viera que el mundo era más grande que su casa, aspiré a un tiempo para mi misma y aunque fue difícil la adaptación, se que todos ganamos con ese ingreso a la escuela. A la salida era nuestro re-encuentro y el momento de su chi chi, luego y poco a poco ya no la pidió, el cansancio lo venció y entonces otra tetada empezó a desaparecer. No absolutamente como tampoco la tetada temprano los fines de semana, pero poco a poco el desayuno fue reemplazando la primera tetada del día como pasaría naturalmente. Con la entrada a la escuela esa salud permanente fue volteada de cabeza y se enfermó muchas veces, y no quedo más que pensar que iba a fortalecerse su sistema inmunológico con cada evento y pues a salvar el momento. 

Muy lentamente puedo adaptarme a que enfermarse es normal y a pasar noches en vela y la presión cuando viene la fiebre y esa labor de enfermería en la administración de los medicamentos y todo eso que las mamás saben y que sus corazones guardan. Se enferma mi hijo y “me enfermo yo”, me cuesta trabajo aceptar que es parte de la vida y que su vida se vea en peligro es algo difícil de manejar para mi, tal vez cuando sea adolescente sea tan práctica como un doctor.

En general mi niño fue muy sano, en nuestro caso la leche materna le aportó esa inmunidad muchos meses, basta con ver la pagina de la UNICEF para entender con argumentos y estadísticas como la leche materna reduce las infecciones y las enfermedades respiratorias por no decir cuanto reduce la mortalidad. Sin contar los beneficios a largo plazo (¿sabes cuáles son esos beneficios?). Es impresionante y sólo puedo decir que si por la leche materna mi hijo se hubiera enfermado una sola vez menos, bien hubiera valido la pena. Va mas allá de mi elección, no es el fanatismo por lo natural, es la realidad, una realidad que propicia la vida, la salud y sin embargo parece poco argumento cuando las mujeres deciden...hay circunstancias lo se, todo tiene su momento y su “no momento” en nuestra vida aunque sea bueno. Aspiro a que independientemente de la elección que haga cada madre, estén informadas como se produce la leche materna, , que beneficios tiene, como se acomoda el bebé al pecho, cuales son los mitos, etc. antes de decidir algo tan importante, una experiencia como mujer-madre única que nadie debería
perderse. Nadie. La intención de mi corazón, mis oraciones, en mi Meditación el deseo porque el porcentaje mundial aumente. Esto va mas allá de lo que el mundo comercial ganaría, es un asunto que el mundo laboral debería propiciar realmente. No entiendo por qué esto es así aunque parezca obvio. Porque más veces que una madre quiera amamantar haya quien la acompañe, quien la anime cuando haga falta.

Este último período de Lactancia, leemos 2 cuentos favoritos que él elige y viene su tetada para cerrar la noche y entrar al mundo de los sueños. Últimamente no le toma mucho interés y no se si sea un signo de su propia decisión o un reflejo de la mía. Los hijos y las madres están conectados no en vano han surgido de su seno. Le digo que si quiere la de chocolate o vainilla, hay noches que es de grosella y uva artificial (yo siempre le hago esta aclaración) y él escoge. Yo a veces le he preguntado a que sabe y él inventa sabores o sencillamente dice que a leche. Le pregunto si sale leche y si sale mucha o poca y él me responde...¿ por qué no nació hablando?...ya entendí un poco por qué. Entre más se acerca el final, más vienen a mi los recuerdos como cuando se acomodaba en la chi chi de las formas que jamás pensé se podría y que él en su infinita sabiduría podía dejarse llevar por unos momentos. Siempre que le di de comer de mi pecho estaba en mis brazos, en mi alma, en toda mi historia y en la de las generaciones que están por venir. No somos fruto de una generación sino de miles, estamos hechos de sus propias historias, de sus miedos y de sus dichas, ese legado tan físico como la mancha oscura de la nalguita cuando nacen como esa sensación interna emocional que nos explica el por qué somos como somos.

Incluso al poco tiempo de su entrada al colegio lo vi animado a destetarse, el era niño grande. Yo no estaba lista. Ahora lo estoy y él no completamente. Escribo y yo me acerco al final...todo es un proceso y yo lo llevaré de la mano, quiero que acabe tan hermoso como empezó, se que será tan real, sin quimeras, pero deseo con intensidad que podamos cerrar este ciclo con agradecimiento, con pasos que buscan crecer, que aceptan que todo tiene un tiempo y que eso esta bien, quiero cerrar el libro con una cobija abrigadora en nuestro corazón. Muchas veces le he dicho “mas tarde” o he prolongado el momento para dar paso a este cierre, un final que no se acaba con la última tetada de su vida sino como el resultado de un conjunto de acciones y de pasos en esa dirección. Siento una nostalgia profunda por despedir esa esfera donde esta corriendo el video de nuestro momento de vida: madre-bebé, madre-niño pequeño, madre que nace y que crece, niño que nace y que crece y se hace el espacio para que nazca otros momentos grandiosos en nuestra vida. 

Mis senos han cambiado, mucho que han cambiado, ya lo sabía yo (eso si) pero jamás los volveré a ver igual supongo, me quedará ese recuerdo como resultado, volverá mi cuerpo a mi y eso es algo que he añorado; me quedo con toda la medicina natural que aprendí para no suspender la lactancia cuando estuve levemente enferma... (hasta al doctor me acompañó mi hijo un día que el estómago se puso en huelga) me pareció crudo caminar por la calle con él e ir en el taxi en ese estado sin que mi mami, mi hermana o mi mejor amiga estuviera a mi lado y sin embargo no fue tan grave y sin embargo pude pasarlo sin mayores repercusiones. 

No se como será volver a la vida sin ser Mujer-Madre lactante... la mayoría de mi vida sin lactar y ahora lactando se me hace que vuelvo a un mundo desconocido, que tal vez no es mejor pero que yo extraño. Me da gusto que mi hijo no dependa exclusivamente de mi para comer y que ahora sea la tierra quien lo haga por eso es que ser ecológicos es una acción para intentar siempre.

Me quedo Infinitamente agradecida por confiar en mi, por que tu seas mi hijo, porque confiaste en mi como sólo el Amor puro podría hacerlo...sin reservas ni preguntas. Gracias a mi cuerpo por darle a mi hijo lo mejor que existe, por mi forma de pensar y haber hecho esta entrega incondicional. Gracias a mi esposo, a mis amigas, a los opositores y a la Vida por permitirme experimentar lo que es ser Madre, Madre lactante, he tenido mucha suerte, yo lo se. Porque este escrito sea un polvo mágico que lanzo al cielo, que impregne con su luz “algo” maravilloso en quienes mis palabras haga un click...un click mental, un click emocional, un click de conciencia. No me queda mas que conectarme con mi propio corazón, cerrar los ojos, unir las palmas de mis manos a la altura del pecho, abrazar a mi hijo con todo el amor del que soy capaz y volar juntos hacia nuevos rumbos, compartidos e individuales con la dicha del que se va con el corazón lleno.

Adriana, Madre Lactante a los 36 años. 





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