“Retos, sabiduría y dificultades al cerrar ciclos en las etapas de la vida”

La experiencia humana de la vida, la existencia de las personas, es una sucesión de ciclos. Ya no digamos los ciclos básicos que soportan la vida (los ciclos bioquímicos,  celulares y de nuestro metabolismo) sino los ciclos propiamente existenciales que son aquellos conscientes de que van constituyendo el proceso de nuestra vida, construyendo paso a paso el “drama” de nuestra propia existencia en convivencia.




El drama personal de la vida de cada quien con sus propios ciclos –infancia, adolescencia, juventud maternidad, madurez, vejez- se entrelaza al mismo tiempo en un ciclo con el drama social –y sus ciclo de organización, instituciones, gobierno-.

Éstos a su vez coexisten con el drama de la humanidad, que tiene sus propios ciclos de evolución como especie que necesita “salvarse realizándose”: es decir, volverse cada día más humana para sobrevivir y cumplir su vocación en el cosmos. En esta experiencia existencial que podríamos llamar fundante porque está en el eje de lo que nos constituye, de lo que define quiénes somos en lo individual, social y colectivo, se sustenta la necesidad vital de identificar los ciclos y comprender su dinámica. El tema es saber cómo cerrar ciclos para abrir continuamente otros nuevos.


  -Los ciclos del aprendizaje, el aprendizaje como ciclos

Cada generación hereda una cultura de la anterior; se apropia de ella, la renueva, la recrea y la transmite a la siguiente; de tal modo que las culturas son en esencia, dinámicas cambiantes y la educación intencional da por sentado que le corresponde determinar qué es válido y transmitirlo a la generación siguiente.

Los ciclos naturales y humanos son de “eternidad constante”, es decir, de girar en torno a un eje estabilizador pero al mismo tiempo avanzar en un horizonte que genera nuevas emergencias en el caso de la naturaleza y abre nuevas posibilidades en el caso de lo humano. Se trata, pues, de procesos de repetición que avanzan hacia un horizonte de sentido. Cuando esto no ocurre se vive como una rueda de noria que gira incesante sobre su propio eje sin ir a ningún lado.

-Cerrar ciclos: algo que se aprende

A cerrar ciclos se aprende y este aprendizaje es básico para afrontar la vida, para entender el misterio de cada instante de la vida y plantearse continuamente esas preguntas que por ser tan esenciales no tienen nunca respuesta definitiva: ¿?, ¿qué quién soy hago aquí?, ¿cuál es el sentido de mi vida?, ¿qué va a ser de mí?, ¿qué voy a hacer de mí?, ¿cuándo terminará esto? Pero, ¿cómo se aprende a cerrar ciclos en la vida? ¿Cómo podría la escuela, la sociedad y nosotras mismas capacitarnos para hacerlo?

El ser humano puede ver la vida como un ciclo compuesto de ciclos que tienen también principio y fin, origen y destino. Pero como toda capacidad humana, la de concebir los ciclos que conforman el ciclo de la existencia tiene que desarrollarse, cultivarse, ejercitarse de manera continua y cooperativa. La clave principal para hacerlo es promover la explicación consciente de estos ciclos y la búsqueda constante de sentido de realización.

-El cierre de ciclos como experiencia de trascendencia

Aprender a cerrar ciclos en la vida, tal vez enseñar en las escuelas a cerrar ciclos, o enseñar en los hogares a cerrar ciclos, es algo que puede ayudarnos para un acercamiento progresivo a la comprensión de la vida toda como un ciclo, para entender que esa “eternidad constante” que se repite cíclicamente a lo largo de nuestros días es algo finito y frágil que acabará por extinguirse. Un día se cerrará el ciclo de ciclos  de nuestra estancia en la tierra y se abrirá, quizá si lo entendemos desde nuestras  concepciones particulares, espirituales, familiares, un nuevo ciclo en otra dimensión.

Comprender esto puede hacernos conscientes de la urgencia que tiene para cada una aprender a cerrar ciclos, porque “la eternidad se nos acaba” y es necesario llegar preparadas a ese instante en que el ciclo de nuestros ciclos humanos se cierre.

-Preguntas para la reflexión

1.- ¿Cómo reconocer cuando un ciclo se acaba?

2.- ¿Cuáles son los elementos más importantes para cerrar un ciclo de manera constructiva?

3.- ¿Por qué duele cerrar un ciclo y cómo manejar este dolor, transformarlo, transmutarlo o sublimarlo?

4.- ¿Cómo hacer que la educación incorpore entre sus metas la formación para cerrar

5.- ¿Cómo educar a nuestros hij@s para que cierren ciclos adecuadamente?


Texto escrito por:

Gabriela Ledezma, madre de dos hijas.
Gestora COmadres Querétaro, México. 
Facilitadora musical en procesos de vida para la mujer.  















Bibliografía recomendada

Barbery, M. (2007). La elegancia del erizo. México. Seix barral.

Latapí, P. (2009). Finale prestíssimo. Pensamientos, vivencias y testimonios. México. Ed.

Fondo de Cultura Económica.

López Calva, M. (2001). Más allá de la educación en valores. México. Trillas

Marina, J. A. (2004). Aprender a vivir. Barcelona. Ed. Arial. 3a. edición.

Morin, E. (1995). Mis demonios. Barcelona. Ed. Kairós

Peck, S. (1994). La nueva Psicología del amor. Argentina. Ed. EMECÉ.

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