¿Un día difícil o más bien mal entendido?

Hoy al llegar a casa María y yo nos encontrábamos agotadas y no solo por el sin fin de actividades, se que, lo que más nos pesaba fue la constante lucha de su deseo y el mío.

Nos despertamos hasta el medio día después de dos días llenos de actividades, parque, calle, auto, sociales, y más.

Como bien lo dije habíamos salidos tanto, que la casa se encontraba en total desorden, por lo que al despertar mi prioridad inmediata fue asear la casa, almorzamos y al terminar le puse una película a mi hija, de esta manera me pude ocupar de todas las cosas pendientes en casa, el tiempo pasaba y María cada vez más desesperada me decía: "mamá teta", mamá calle". "paque", "amigos" "vamos"!!!!! Claro intentaba atenderla, cambiarle la peli, cantarle, pero no paraba de asear la casa.

La aliste para salir a comer, y me tope con la tina de ropa que había que subir a tender, ella tenía en las manos un perfume que le regalo su abuelo y no lo quería soltar, en mi prisa solo le pude decir, ese no sube, allá arriba corres y se puede romper y es peligroso, se lo quite y lo puse fuera de su alcance, ella por supuesto lloro, grito, se tiro al suelo y no quería subir conmigo, entonces ante mi enojo le pregunte, vas o no conmigo, al no recibir respuesta y ver que seguía gritando y pataleando en el suelo, me enoje y cerré la puerta. Subí la tina y María me gritaba desde la casa con un llanto que me dolió en lo más profundo, regrese por ella y la abrace.

Una vez terminadas las actividades en casa, subimos al auto y nos dirigimos al banco, y luego con su abuela, allá seguía la lucha, entre que comiera un poco, que no fuera a la calzada, que no me pegara, que, que, que...

Después de un día así llegamos a casa agotadas, al meternos a la cama, sentía que María estaba enojada y le pregunte si le molestaba algo, ella no respondió, evadía mirarme y no me quería hablar, entonces me di cuenta de todas las veces en que hoy le dije "no" y la regañe por sus berrinches, me recoste con ella, le di un beso y le dije cuanto la amaba y lo importante que es su presencia en mi vida, tomo leche y se durmió.

Al reflexionar y estar en silencio conmigo misma, caigo en cuenta sobre la inmensa tristeza que me da, el que mi pareja este lejos de casa a causa del trabajo y se que de allí viene la necesidad de llenarme de actividades para evadir esta sensación, el que no pudiera hacer consciente esta tristeza, me llevo a priorizar mi deseo y no preguntarme sobre el deseo de mi hija.

Como no era capaz de articular lo que me pasaba en consecuencia no se lo pude decir a María y mucho menos preguntarle si ella también extraña a su papá.

Ahora en silencio me doy cuenta de lo importante que es ser honesta conmigo misma para entonces serlo con mi hija y que juntas podamos articular qué deseamos y llegar a acuerdos sobre los deseos de ambas.

Se que en vez de preguntarme: ¿por qué María esta tan demandante? sería mejor preguntarme: ¿por qué me cuesta tanto complacer a mi hija? ¿se emberrincha para probarme o más bien por que esta reclamando mamá? ¿realmente cuánto de lo que desea le he concedido y no he impuesto mi deseo al de ella?

Por último les dejo un texto de Laura Gutman que me ayudo a aterrizar esta reflexión.
Espero les sea tan útil como a nosotras.


La guerra de deseos


Si cuando hemos sido bebés, no hemos recibido el apoyo, la presencia, la mirada, la leche y los brazos constantes de una persona maternante, es posible que hayamos aprendido muy tempranamente, que para sobrevivir había que luchar. Cuando nuestra madre nos dejaba solos durante noches enteras sumidos en el miedo y la oscuridad, era obvio que ganaba su deseo en detrimento del nuestro. Por lo tanto, comprendimos que era necesario ganar terreno e imponer de algún modo nuestra imperiosa necesidad de ser sostenidos y protegidos, a través de diversos mecanismos. Enfermarnos puede haber sido un modo eficaz. Con lo cual posiblemente nuestra madre sentía que destruíamos la poca cordura que la sostenía. Una vez que sanábamos, estaba dispuesta a volver a abandonarnos, recuperando así el terreno perdido.

Así fuimos creciendo, sabiendo por propia experiencia que había que luchar esforzadamente para obtener un lugar dentro del vínculo con nuestra madre o persona maternante. Comprendimos que dentro de ese territorio emocional había lugar sólo para uno.
Que no podían convivir dos deseos.


Según nuestra personalidad, fuimos adquiriendo herramientas para echar al otro, -sea quien fuera ese otro- de ese territorio de intercambio emocional. Hicimos todo lo que fuimos capaces de hacer.

Algunos de nosotros devenimos agresivos, tal vez desde pequeños mordimos o peleamos o gritamos para dejar bien en claro nuestro poder y así hemos organizado a posteriori la totalidad de nuestras relaciones hasta nuestra vida adulta.

Otros nos hemos convertido en víctimas eternas, comprendiendo que podíamos tener un lugar en el mundo sólo en la medida en que otro nos lastime, nos hiera, nos humille o nos desprecie.

Algunos de nosotros sólo pudimos debilitarnos para obtener amor a través de las enfermedades, cosa que seguramente hemos logrado desde niños y posiblemente hayamos aceitado ese mecanismo en nuestra adultez.

Y otros individuos, frente a la falta de cobijo y mirada, hemos intentado introducir cualquier cosa con tal de llenarnos de “madre”. Siendo niños tal vez nos hemos atiborrado de dulces y azúcar, luego nos hemos llenado de programas de televisión o de jueguitos electrónicos, luego nos hemos llenado de comida y de actividades, y en la adolescencia hemos incorporado desesperadamente alcohol o tabaco.

Así hemos llegado finalmente a la adultez, tratando de llenarnos la barriga, sin saber que en realidad no lograremos incorporar “mamá”.

Pero nuestra falta emocional es tan grande, que sólo nos importa llenarnos, y en esa desesperación, por supuesto que no hay lugar para mirar las necesidades de otros, ya que sentimos que somos los seres más necesitados del planeta.

Una vez más, no hay lugar para varios dentro del intercambio emocional. Aún dentro de una relación amorosa, las necesidades personales son prioritarias. En todos los casos, hemos aprendido desde bebés, que hay que ganar para sobrevivir.


Resulta que un día devenimos madres o padres con las mejores intenciones de criar a nuestros hijos con amor y dedicación. Los niños llegan al mundo con un inmenso abanico de necesidades básicas impostergables. Y aquí se hace evidente el problema. Es aquí donde va a aparecer la lucha por ganar el espacio emocional. Porque si somos una madre o un padre que necesita primero llenarse la barriga -en términos emocionales- no estaremos tan dispuestos a dar prioridad a las necesidades del bebé, que además son inmensas e incomprensibles.

Deseamos ser madres amorosas, pero nos sentimos invadidas por el bebé que llora, que quiere el pecho constantemente, que reclama brazos tanto de día como de noche. No estamos acostumbradas a que alguien “gane” irrumpiendo en todo el territorio, sólo porque es capaz de llorar toda la noche sin cesar. Sentimos que el bebé ocupa todo el espacio emocional y que si él lo invade, nosotras desaparecemos. Para colmo nos damos cuenta que los momentos de descanso son efímeros, y que el “tiempo para una misma” quedó en el olvido.

La sensación permanente suele ser que es menester “ganarle” al deseo del niño, de lo contrario él nos va a devorar. Si provenimos de historias de carencia emocional, aunque no tengamos conciencia de ello, posiblemente sentiremos que el niño tiene demandas excesivas, y que de alguna manera habrá que ponerle límites. Creemos que esos límites que en cuanto adultos impondremos, nos salvarán y que de ese modo no “perderemos” la batalla.


Vale la pena saber que esto no es real. Sólo es real para la vivencia de nuestra “niña interior”. Si éste es el sentimiento que nos inunda, tendremos que hacernos preguntas fundamentales y comprender cuál ha sido nuestra historia cuando fuimos bebés, para darnos cuenta con qué contamos y qué capacidad altruista podremos desplegar en la crianza de nuestros hijos.

Porque posiblemente el niño no pide demasiado, sino que estamos cansadas de librar tantas batallas, sin saberlo. Y en ese caso, merecemos pedir ayuda, porque el niño tiene derecho a recibir lo que necesita, y nosotras tenemos la obligación de tomar conciencia sobre nuestras capacidades y discapacidades a la hora de maternar.


Laura Gutman

Comentarios

  1. Me ha quedado un raro sabor de boca, y es que después de esto me han surgido tantos cuestionamientos sobre mi desempeño materno, tantas reflexiones y conjeturas y algunas cosas que no entendía ahora las veo mucho mas claras. Y bueno de verdad creo que es tan pero tan común los dias asi dias "dificiles" en los que no comprendemos que les pasa a nuestros hijos, en que creemos que vamos a explotar en que sentimos que no lo estamos haciendo bien, dias de enfermedad, de insomnio y al final sobrevivimos y aprendemos algo de todo lo "malo" que paso, aprendemos a entendernos y a amar mas a nuestros hijos, aprendamos tambien a respetarlos.
    Gracias Lila por compartir, por acompañarme por estar ahi.

    Ely

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  2. Querida Lila:

    Igualmente, te agradezco nos compartas tu reflexión, la cual se siente con el corazón por su sinceridad.
    Lo que escribiste no me es nada ajeno pues en este momento una de las principales tensiones con mi bebé, es el responder a sus necesidades. Más aún cuando Andrés y yo pasamos varios días sin su papá. A veces pido "esquina" o al amamantarlo, estar con Andrés, estoy pensando en todos los "pendientes" a sacar cuando se duerma, buscando estrategias para entretenerlo.
    En otros momentos, me dispongo a amarlo, cargarlo,amamantarlo sin pensar o sentir que respondo a "simples" demandas.
    Todavía me tambaleo frente a otras personas y familiares que me dicen que Andrés se "impacienta muy rápido"", está "acostumbrado a los brazos"... Y me pregunto cómo negociar con mi bebé sin perder de vista que antes que nada yo soy el principal sostén emocional él.

    Un abrazo fuerte y caluroso

    Paola

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  3. Hola Lila, tu texto y el anonimato con que escribo me da la pauta para poder expresar la angustia que me aborda desde hace meses y cuya única valvula de escape la he encontrado en escabullidas nocturnas o durante las siestas de mi bebe.

    Al mes y medio de haber dado a luz; ya había decidido dejar de trabajar, durante las 3 semanas que estuve en la oficina no solo retome el ritmo de estrés y frustración que había dejando en pausa, me reencontré con el terrible hábito de fumar que me ha acompañado por los últimos 13 años de mi vida.

    Comencé como muchas en la prepa, y a escondidas,(claro eso no quiere decir que no lo supieran y mucho menos que estuvieran de acuerdo)fue hasta que empecé a vivir con mi pareja que llegué a fumar frente a mis padres, creo que como acto de total desafió y declaración de independencia, pues ahora eran ellos los que llegaban a mi casa y eran mis reglas. Cási por la misma época en que me topé con el cigarro, decreté mi negación a ser madre y mucho menos a ser esposa (esta última sigue sin suceder).

    Te cuento lo anterior como contexto de lo que hoy vivo. Hoy mi bebe es lactante y su madre fuma 2o 3 veces al día a escondidas. Incluso durante el embarazo los últimos meses llegaba a fumar 1 cigarro al día de camino a casa. Mi bebe nació perfecto sin bajo peso, al contrario bastante sano, ha sido lactante desde el primer momento y hoy a sus 7 meses es más grande que el promedio.

    Claro esta que no soy la única mamá, conozco varias que sin problema lo hicieron abiertamente durante el embarazo e incluso amamantando a sus hijos, pero creo que lo que me diferencía de ellas es la culpa after nicotin.

    Es esta lucha de deseos de la que hablas, me siento tan demandada por las labores domésticas y maritales que mi escape o la forma de encontrar un momento para mi son esos cigarros a escondidas. Es como tomar aire y recargar pilas.

    No logro entender porque me aferro tanto a algo que nos daña tan profundamente. Esto me lo he preguntado incluso antes de ser madre, las veces que intenté dejar de fumar y creía que tener un hijo sería la única razón por lo que dejaría de hacerlo y no sucedió.

    Me siento tan culpable por ser tan débil y egoista, sin embargo al leer el texto de Gutman que compartes comprendo que el clavado más fuerte esta por llegar, al enfrentarme al vacio de "mamá" que no he podido llenar. Salto que no se como dar.

    Mientras tanto alimentar a mi bebe se ha vuelto una guerra entrambos que esta dejando huella, cada que se quiere dormir pide teta, y no ibamos mal, hasta un par de semanas que aunado al enojo ocasional porque sale mucha o no sale leche, o el sapito atorado, le ha dado por agarrar la teta con sus manitas y terminar pellizcando finamente con dos deditos o mordiendo en su desesperación entre sueño y hambre. Creo que libra la misma batalla que yo entre lo que desea (la teta) y sabe que no es lo mejor para ella, la leche nicotinada de mamá.Ahhhhhhhhh Que ansiedad!!!!!!!!!!

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  4. Hola Anónimo, pues si esto de lo vicios es todo un tema!! yo también lo vivo en carne propia.

    Te dejo un texto sobr el tema de la nicotina y la leche.

    ¿Es perjudicial fumar durante la lactancia?

    Parece ser una opción irremediable el elegir entre el tabaco y la lactancia. Pero por suerte no es tan así. Está comprobado que la nicotina pasa a la leche materna, pero no en niveles que puedan ser nocivos o tóxicos para el bebé. Lo único que está demostrado es que por el efecto estimulante de la nicotina, el bebé está menos predispuesto al reposo y el sueño, motivo por el cual debes evitar el cigarrillo en las horas que preceden a la hora habitual de su siesta o la de su sueño nocturno.
    El problema serio es en realidad el humo. Los hijos de fumadores suelen estar más predispuestos al síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS), tener más infecciones respiratorias, asma y similares.
    Tampoco está del todo comprobado, aunque algunos estudios sí lo aseguran, que el tabaco inhibe la producción de leche.

    TEXTO TOMADO DE: http://www.babysitio.com/bebe/lactancia_tabaco.php#1

    Dale un vuelta a este sitio podrás enterarte más sobre le tema.

    Pero en definitiva no hay elección, es mejor dar teta, aún cuando fumas!!

    Efectivamente algunas mamás nos tomamos respiros, ante ese vacío, nos queremos llenar de algo, comida, dulces, café, cigarros, asear la casa, ver mucha tv, etc...

    El caso aqui es cómo canalizar esta energía?
    Cómo asumir el vacío como algo beneficioso y no como nuestro peor enemigo?

    Te puedo decir que algo q en definitiva me ayuda a diario es fusionar con mi hija, jugar con ella, bailar, cantar, ir al parque, platicarle sobre lo q le esta pasando a mi alma y el reunirme con otras madres que me dan su apoyo y no me juzgan, ha sido de gran ayuda en este proceso del encuentro con mi sobra e integrarla.

    Te recomiendo leer el texto sobre el encuentro con la propia sombra que tenemos en nuestra pág web: comunidadcrianza.jimdo.com en la sección de textos de intéres.

    Disfruta de la lectura y si te es posible conseguir el libro, verás como te ayuda a cruzar estas aguas agridulces del puerperio.

    Mandote un fuerte abrazo. Si requieres de una consulta más perosnal, no dudes en contactarme a mi correo: lilaguerrero@hotmail.com

    Mucha Luz. Lila

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  5. Gracias por el texto compartido es de gran utilidad saber que lo que estoy pasando como mama de un bebe de 7 meses no es exclusivo de mi ni tampoco es realmente como me lo estaba tomando yo pues de trasfondo hay mucho mas en mi que solo la experiencia nueva de ser mama en si misma, es una perspectiva interesante que me lleva a la autobservacion de mid carecias emocionales y una herramienta para despertar mas la conciencia yevitar transferirle estas carencias a hijo, gracias...

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  6. Hola mamá de bebé de 7 meses, te cuento que aun q este veinte me callo hace unos meses, María y yo seguimos en una constante de aprender a q nuestros deseos co-existan. y con toda seguridad sigo muy anclada a una frase de nuestra multicitada Laura Gutman:
    "Nuestros hijos pueden enseñarnos hoy, lo que no tuvimos la ocasión de aprender en el pasado". Ese es uno de los tanto regalos que nos trae la meternidad, nos cura, ser madre en medicina para nuestra alma. Gracias por comentar y seguimos haciendo tribu.

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  7. Hola a todas las mamas!, les platico que al leerlas, me siento aliviada!!. Soy mama de un hermosos bebe de 4 meses. Mi esposo y yo, nunca deseamos tener hijos, pero tuvimos un descuido al cual le nombramos Bruno. Desde el embarazo he sentido toda clase de emociones, desde la mas grande felicidad hasta de rechazo a mi bebe, de lo cual ahora me arrepiento por supuesto. Desde que nacio Bruno entre las hormonas, las emociones, el desapego de mi esposo, soy un manojo de nervios y estres, pero leyendolas he entendido que es un proceso por el que todas pasamos, leyendolas he entendido muchas cosas, leyendolas he puesto todo mi empeño para ser una buena madre, una buena esposa, aunque en ocasiones tengo ganas de salir corriendo, huir de todas mis obligaciones y responsabilidades. A mi al contrario que algunas madres, el regresar al trabajo me ha ayudado, lo he sentido como un escape a todo eso que conlleva ser madre. Y a veces me siento tan mal de pensar que mi bebe me estorba, para ser la que yo era antes de que el viniera al mundo y lloro y lo abrazo y le digo que lo amo y que siempre voy a estar ahi para el!. Llevo cuatro meses enojada con mi esposo, porque me ha dejado toda la responsabilidad del bebe a mi, pero desde hace unas semanas que las encontre y las leo, he comprendido que mi naturaleza y la de mi esposo, son MUY distintas y que por algo los hombres no pueden y nunca podran ser MADRES, y que a ellos hay que dejarles la tarea de proveedores (o por lo menos al mio)y asi cada uno en su rol, ser FELIZ y tener el comun de hacer FELICES a los HIJOS!.
    y a ustedes COmadres les digo, GRACIAS por estar aqui!

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