La Maternidad y el trabajo.

Ahora me enfoque en este tema, entre que varias amigas han recurrido a compartirme su inquietud sobre trabajar y la tristeza que les causa apartarse de su bebé y que yo en carne propia he vivido y vivo esta situación.

Hace poco recibí una oferta de trabajo, en un principio pensé que no me tomaría mucho tiempo de mis días pero conforme fue transcurriendo el tiempo y las necesidades del trabajo aumentaban, los tiempos destinados a la convivencia entre mi bebé y yo, eran invadidos, casi siempre procuro integrar a mi hija con mi trabajo pero incluso esto comenzó a ser también una invasión.

Pues aun que juntas vamos a trabajar, finalmente mi atención no esta del todo con ella y al llegar a casa también hay que trabajar (lavar ropa y trastes, recoger la casa, etc.), me tomo tiempo entender que aun cuando María y yo no nos separamos en ningún momento, todas las actividades en mi trabajo profesional y en casa nos restan tiempo de fusionar y daba por hecho que si no la había dejado a cargo de nadie ni en alguna escuela, ella estaba colmada de mamá, cosa que no es así.

Y su conducta comenzó a hacérmelo evidente, en los pequeños ratos que tengo para tomar un descanso o para sentarme a platicar por teléfono, ella comenzaba a jalonearme, a gritar, a aventar todo lo que se le pusiera enfrente e incluso en ocasiones a darme manotazos en la cara, yo inmersa en mis necesidades no podía ver que me estaba reclamando atención, pues según yo, ya habíamos pasado todo un día juntas, "cuál era el reclamo".

Entonces un día en lugar de molestarme con ella, me senté y le pedí que me ayudará a entender su reclamo, María se levanto del sillón y camino hacía nuestra cama, se subió en ella y me pidió que me sentará a su lado, luego se pego y tomo leche, hasta ahí en mi ceguera, pensé: "ah tienes hambre"...

Días después me encontré con una amiga que me platicaba sobre su situación de trabajo y el ser madre , tres días después me encontré con otra amiga que se encontraba en una situación similar y finalmente una amiga más me escribió un mail con características del mismo tipo, reflexione sobre esto y pensé en enviarles un texto de Laura Gutman que había leído hace muchos meses y que recordaba me había servido, pero que en mi memoria lo tenía casi borrado.

El texto es el siguiente:

Maternar y trabajar

Solemos creer que maternidad y trabajo son incompatibles. Sin embargo no importa si trabajamos o no. Importa saber si logramos fundirnos en las necesidades de los niños pequeños en relación al contacto corporal, el cobijo, la lactancia, los brazos disponibles, la mirada, la quietud y la presencia durante las horas que sí estamos en casa, incluyendo la noche. Siempre es posible seguir trabajando, si es nuestro deseo o nuestra necesidad, sin que el niño tenga que pagar los precios del abandono emocional. Con frecuencia utilizamos el trabajo como refugio y excusa perfecta para no someternos al vínculo fusional con los hijos. En cambio otras veces nos lanzamos a ese misterioso universo sin tiempo y sin bordes que es el contacto corporal permanente con los niños pequeños, sabiendo que esa hazaña es invisible a ojos de los demás, y que en ese territorio no recibiremos reconocimiento ni apoyo.

El problema no es el trabajo. El problema es la vuelta a casa. Pensemos cuántos minutos por día le dedicamos -de verdad- a la satisfacción pura de nuestros hijos traducida en piel, olor, leche, fluidos, abrazos y palabras llenas de sentido.

Cuando regresamos a casa, el niño que ya nos ha esperado con infinita paciencia siente que, ahora sí, ha llegado la hora de estar con mamá. A partir de ese momento merece ser resarcido, colmado de caricias, tiempo, abrazos y sonrisas y también merece recibir respuestas a sus reclamos legítimos ya que ha esperado estoicamente el regreso de su madre. Si somos capaces de delegar todo lo demás una vez que hemos regresado a casa, si comprendemos que no hay nada urgente más que nutrir a nuestro bebe de caricias y leche, entonces el trabajo no será un obstáculo para el vínculo amoroso entre la madre y el niño.

Laura Gutman

Al leerlo me encontré con que la búsqueda de ayuda para otras madres, me estaba hablando de manera directa a la situación que vivimos María y yo, agradezco tanto la convivencia con otras mujeres y sus bebés, pues gracias a esto soy capaz de ver en mi lo que comúnmente no me atrevo a aceptar y que sus experiencias siempre traen grandes enseñanzas a mi vida.

Y confirmo la teoría de que si un bebé llora es por algo, no solo por capricho, pues dado que es una de sus maneras de comunicarse, la utiliza para expresar sus necesidades, un bebé no solo llora, grita o esta molesto por que tenga hambre, frío, le duela algo o este sucio su pañal, también lo hace cuando tiene deseos de ser abrazado, acariciado, colmado de amor y atenciones de mamá.

Lila