Experiencia sutil y exquisita

Fíjense que ayer pasamos una experiencia sutil y exquisita.
Cumplía una semana de que el padre una amiga muy querida trasncendió. Después de la misa fuimos, varias personas a la casa de los padres de mi amiga. Se dió la oportunidad de cantar. Así que los presentes nos pusimos en círculo en la sala, nos tomamos delas manos, cerramos los ojos, respiramos profundamente varias veces y visualizamos al padre de amiga en paz rodeado de una luz dorada, repartimos hojas para cantar "El Sueño Imposible", y cantamos. Después, en ése silencio mágico en el que nos quedamos, con los ojos cerrados, cada quién iba diciendo, con una palabra, lo que le había aportado al relación con Don. Armando. Y después, también en silencio, nos dimos abrazos.
La atmósfera se transformó de un fuerte llanto a una cálida sansación de traquilidad.
Una vez más el canto-el sonido, utilizado como elemento de transformación de emociones.
Los nietos de Don Armando y Mariana, formaron también parte del trabajo, reinaba con ellos la energía de la alegría, del presente y de la inocencia.

Escrito por : Gabriela L. co-madre

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