Reunion 13 Comadres Xochimilco



Reunión 13 COmadres Xochimilco


Desde hace un par de meses me había comprometido a preparar el material para la reunión de junio, así es que escribí un breve texto con el título Criar en comunidad y criar la comunidad. El papel de la mujer en la construcción de la humanidad. Estaba muy emocionada de poder compartir con las COmadres la reflexión que había escrito, la reunión estaba agendada para el 20 de junio, pero la tremenda tormenta de esa mañana nos obligó a cancelarla, ni modo, me quedé con los crespos hechos.

Volvimos a programar la reunión para el viernes de la siguiente semana, me levanté entusiasmada y comencé a alistarme, cuando de pronto recibo una llamada de la COmadre Marysol, gestora de la tribu de Xochimilco, diciéndome que tenía una gripa terrible y que no podría asistir a la reunión. Me pidió coordinar la sesión y tomar los acuerdos sobre la próxima reunión. Debo decir que me entristecí un poco al saber que no contaríamos con su dulce y luminosa presencia, pues el calor de su ser-solecito crea una hermosa atmósfera maternal que a todas nos abraza. Sentí mucha responsabilidad por su encargo y con más ganas me dirigí a Xochimilco. Cuando llegué ya habían llegado Gaby con Mía y Damaris con Fausto. Siempre es una alegría verlas y ver como florecen sus hermosos retoños. Comenzamos a leer el texto que preparé y pronto se incorporaron Nadja con su bella panza y su niño y otra COmadre que yo no conocía y que asistía después de varios meses de ausencia.

Mi idea había sido reflexionar sobre la pérdida de relaciones comunitarias en el mundo moderno y el papel de la mujer-madre en su recuperación. Hablamos de cómo es que la ciencia moderna nos ha ido convenciendo de que la naturaleza es objeto y nosotros somos sus propietarios, mientras que en todas las culturas originarias del mundo, la naturaleza siempre había sido considerada como sujeto, y más aún, como madre. Si la naturaleza es objeto, nosotros somos sus propietarios y nos relacionamos como tales, buscando cada quien el propio interés, pero si por el contrario, la naturaleza es madre, entonces no se la puede vender, ni explotar, ni dominar, lo que corresponde es cuidarla, respetarla y amarla porque de ella depende el equilibrio de la vida, pero además si todos somos hijos de la misma madre, entonces entre nosotros somos hermanos y nos corresponde velar unos por otros, de esta manera la comunidad de co-responsabilidad se completa. Esto quiere decir que el trato que nosotros le damos a la naturaleza repercute inmediatamente en el trato que establecemos entre nosotros. Cosificando a la naturaleza hemos aprendido a establecer relaciones sujeto-objeto también con las personas. La pregunta obvia es ¿cómo podemos recuperar las relaciones sujeto-sujeto? Una de las respuestas posibles es tratando a nuestros hijos como sujetos plenos, considerándolos en todo momento, hablándoles, preguntándoles y enseñándoles a relacionarse con los demás y con la naturaleza como sujetos, de modo que sean sensibles de las necesidades del mundo que los rodea y no sólo de sus propias necesidades.

Hablamos de la trascendencia de enseñar a nuestros hijos la importancia de las relaciones solidarias propias de la comunidad, en donde todos nos hacemos responsables por todos y concebimos como el máximo valor “dar” y no puramente “recibir”. El ser humano ha sobrevivido todos estos miles de años porque siempre hubo una madre comprometida con su bebé en brazos y estuvo dispuesta a darle calor, cobijo, alimento, comprensión, educación y amor, amor, amor. Esa capacidad de dar es la que nos define como humanos y por eso no debemos olvidar que las mujeres-madres tenemos una inmensa responsabilidad en nuestras manos… criar la futura humanidad y criarla en comunidad para que sea una humanidad comunitaria, solidaria.

Terminamos la reunión empoderadas de nuestra capacidad de criar a nuestros hijos, de poder conectarnos con nuestro instinto materno y desplegarlo con nuestros hijos y sabiendo que nos tenemos unas a otras para acompañarnos en este caminar hacia lo más íntimo de lo que somos como humanidad.

La Tribu Xochimilco planea expandir su potencial e incrementar las reuniones de COmadres, no sólo para conversar sobre la crianza, sino también para aprender unas de otras en otro tipo de actividades manuales, de cocina, de juego, de acompañamiento cotidiano, para fortalecer el lazo comunitario que nos une.

¡Qué alegría ser parte de esta revolución silenciosa y amorosa junto a ustedes, hermosas COmadres!

Con amor y entrega, La Co Madre Katya Colmenares

Comentarios

  1. Me gusta esta forma de ver, me encantaria practicarlo en mis acciones de vida, esto implica no solo la ampliacion de la conciencia sino llenarse de un infinito amor por los seres. Este empoderamiento para la crianza es uno de los motivos para ser parte de las co-madres y por cierto, linda foto chicas. Adri E.

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